Por Guillermo Pérezbolde
Twitter: @gpbolde
De acuerdo con un estudio de la Union of Concerned Scientists, actualmente estamos expuestos a cerca 3 mil impactos publicitarios en un sólo día. Si vivimos en una ciudad, estos impactos no sólo se dan en anuncios en exteriores, impresos, TV, radio e internet, sino incluso en la misma ropa y accesorios que usa la gente con la que interactuamos y que tiene la marca expuesta y visible.
Ante semejante sobre oferta de marcas llegando a nosotros por cualquier medio, el reto sin duda es destacarse del resto y que el consumidor nos recuerde y al final nos consuma.
La respuesta ante esta situación surgió hace algunos años y recientemente ha tomado nuevas dimensiones gracias a la combinación del mundo offline y online. Me refiero al “Marketing de Experiencias”.
En la década de los 60´s el psicólogo David Ausbel propuso un innovador modelo de aprendizaje en el cual sugería que cuando la persona relaciona un concepto con una experiencia, esto le agrega un significado personal y por lo tanto se conserva un recuerdo más vívido y duradero. A esto se le llamó “Aprendizaje significativo”.
Aplicado a Marketing, el aprendizaje significativo puede ser una herramienta científica muy poderosa para incrementar considerablemente la recordación de nuestra marca y los mensajes clave relacionados a ésta.
Cuando una persona no solo ve nuestra marca, sino que interactúa y tiene una experiencia con ella, es mucho más probable que se sienta atraído y al final la consuma y la recomiende al haber generado “engagement” hacía ella.
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